Ruiseñor de Benjamin Lacombe |
Narrar exige práctica y respiración.
Necesita de un contador
que sepa proyectar los gestos más finos
y a la vez mostrarse vulnerable.
Que se parezca al ruiseñor verdadero.
El que aparecía de improviso
en la sala del emperador
para alejarle la muerte
con su voz de bosque.
Afinar para que el corazón pueda sonar más claro
Para que el cuento pueda deslizarse con suavidad es preciso tener el cuerpo dispuesto y la palabra lista. Que los gestos y la voz construyan una coreografía llena de sentidos. Un baile en donde los pasos y las frases se alternen con delicadeza…
Narrador de kamishibai-Japón |
No es de extrañar lo que cuenta Walter Ong, el gran pionero en investigar sobre la oralidad, sobre unos bardos analfabetos que se alejaban del mundo antes de contar un cuento nuevo. Necesitaban dejar que la historia se mezclara con ellos mismos, que su pasado y sus saberes se fundieran con ese relato desconocido.
Narradora en algún lugar de África |
La técnica tiene que estar íntimamente cosida al corazón. Las ejecuciones dramáticas del narrador deben venir desde lo profundo para que las acciones sucedan precisas y sean capaces de tener vida propia. Prestar atención a algunos elementos que participan de la escena de narración es una manera de poder afinar nuestro estilo y ampliar las posibilidades expresivas. Es pensar el cuento en movimiento y poder decidir los sí y los no de nuestro relato.
Al corazón como siempre. Te Extraño mucho
ResponderEliminarMarina
Ay qué linda! Vamos a tomar un café (té en mi caso) uno de estos días, en vacaciones en más fácil. Yo tb te extraño!
EliminarTe leo y me parece escucharte. Hermosa...Te extraño. abrazo.
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