23/7/21

Maneras nuevas cocidas al calor de las redes sociales

 No es verdad

Al lado de las papas fritas y las propagandas, también hay manzanas y lechugas y huevos y nueces…

Hace un mes cambié mi manera de organizar la semana y se lo debo a diferentes posteos de personas que compartieron ideas en instagram, una red a la que muchas veces miramos con desconfianza, pero que también tiene mucho de bueno...Pasen y vean:

*De @bienvenidobienestar tomé la idea del círculo de la vida con sus doce elementos y decidí que era bueno escribir al menos algo para cada uno. Si bien adapté algún nombre traté de dejarlos lo más parecidos posible. ¿El más difícil para mí? el de la comida casera elaborada, pero ahí voy, ja

*De @liderandoentribu y @tengounplan saqué la idea de hacer de la planificación un ritual. Darle un momento fijo y armar una rutina. En mi caso, buena música y un té, alcanzan.

*De @notan.nomade tomé lo de agregarle a los cuadernos papeles, recortes y dibujos. Me encanta lo vivir con espíritu viajero siempre con algo para escribir en el bolso.

*De @terapiadelhogar "robé" lo de la casa con su propia identidad. ¿Preparar la semana no es prever un espacio-tiempo habitable? Este modelo se me ajusta lo más bien porque al no poner días fijos me permite dejar que la improvisación (tan típica mía) siga respirando, pero sin dejar que me pierda atrás de espejitos de colores.

¿Les pasa también que andan por instagram como vecina con bolsa de red? ¿Me cuentan?

26/4/21

Caja de otoño

(Video de presentación donde se ve una caja con hojas secas y semillas. 
Si no puede verlo haga click aquí

No vale encerrar al otoño en épocas de cuarentena.
No vale dejarlo solo y en penitencia atrás de las ventanas de la casa.

Sonia Jaroslavsky me contó de las escuelas Waldorf y después de investigar un poco me pareció que era lo que andábamos necesitando en épocas de encierro y de rituales perdidos.

Usamos una caja de mesa (¿hace falta aclarar que en épocas de mudanza la una sobra y la otra falta?) para ir poniendo nuestra cosecha de las mañanas de caminata. Por ahora tenemos:
hojas rojo suave,
rojo fuerte,
rojo amarillo,
amarillo limón
y amarillo patito,
marrones claras
y como de café cargado…
Las tenemos en ramos,
arrancadas del árbol
y juntadas del piso…
puntudas y redondas,
lisas y con puntos…
Las semillas vienen con pinches,
en chauchas y
en forma de comida de ardillas de dibujito animado...

Y acá la seguimos queriendo que el otoño se encargue de seguirle el ritmo a nuestros cuentos cotidianos.

(Usted que llegó hasta acá anímese y arme también su mesa. Y no sea tímida o tímido y pase por acá a compartir sus ideas)

21/4/21

Una escuela a un click de distancia- Artículo nuevo

Acá de lo más contenta con la nueva publicación de "El toldo de Astier" (Revista de la Universidad de La Plata) donde aparece un artículo que escribí sobre la experiencia de escuela rodante que hicimos en la ciudad de Azul el año pasado.

Pasen, lean, opinen y todo lo demás. Yo, feliz de escuchar sus palabras para seguir pensando en comunidad.
Ah, y gracias a la profesora Manuela López Corral por la invitación!!

La cuarentena trajo aislamiento, cierre de escuelas y un enojo de brazos cruzados en mi casa: Simón, mi hijo de ocho años, decidió que no iba a hacer la tarea. Que no quería, que yo no era la maestra, que cuando volviera la escuela... Luego de intentar estrategias varias amparada en mis años de maestra y educadora de museos, me di cuenta que de nada me servía. Llamé a una mamá del grado y tímidamente le pregunté si quería hacer zoom “de tareas compartidas”. sigue

17/4/21

Cosas que pueden pasar entre imagen y texto

Desde que empecé con los cuentos en museos me interesó ver qué pasaba en el espacio que hay entre las imágenes y los textos. Descubrí algunas cosas:

  • La tensión entre la movilidad de una historia y la quietud de la imagen está siempre presente y hay que trabajar con eso. Chris Van Allsburg, en “Los misterios del sr Burdick” juega con escenas llenas de detalles que invitan a detenerse mientras unos títulos sin cuento nos piden que pongamos acción.
  • Los idiomas de las imágenes y los textos hablan en diferente lengua. Aprovechar lo que trae cada uno multiplica los sentidos. Oliver Jeffers en “Perdido y encontrado” lo hace al contar la historia con frases que enfocan en las lógicas del niño al mismo tiempo que muestra en imagen la compañía callada del pingüino.
  • No siempre el vínculo es armónico. Compiten cuando uno se muestra como principal y el otro como subsidiario, se dan la espalda cuando funcionan como una cáscara de poco vuelo, y son controladores cuando obligan a una sola interpretación. Muchos museos de arte siguen pensando así con carteles que solo indican datos técnicos sin ocuparse de ofrecer palabras que traduzcan la diversidad de líneas que puede abrir una obra.
  • La elocuencia del que mira o escucha depende en gran medida del espacio que se dé para sus construcciones. En el cuento "Cambios" de Anthony Browne la historia relata un día común mientras en la imagen pasan cosas extrañas. Los sentidos quedan abiertos y el juego entre esas palabras y las ilustraciones se llenan de posibilidades. El final da la estocada final que ilumina toda la historia.

14/4/21

¿Yo prefiera?

 

Para los que no saben estoy hace dos meses viviendo en la ciudad de Talca en Chile. Las caminatas tienen horario por estos tiempos, pero alcanzan para dejar que los ojos raspen un poco las veredas. El otro día se me apareció este cartel y me quedé pensando en el “prefiera” que me dejó en un vaivén entre modo imperativo y subjuntivo que desordenó las filas prolijas que pedía la señorita Liliana... La gramática dura se me volvió bicho de luz (¿o araña?) y empecé a tejer frases en el aire…

Me aparecieron algunas pret a porter:

“Hijo prefiera bañarse, prefiera hacer la tarea, prefiera no quejarse, ni llorar, ni argumentar, cuando se apaga la tablet…”

Otras tomaron rumbo épico:

“Estudiantes prefieran no ser callados, prefieran hacernos preguntas sin respuestas, prefieran creer en ustedes mismos, en los imposibles y en las galletitas que no caen del lado de la mermelada…”

Y las últimas quedaron abiertas a las narices

“Prefiera pasar el dedo por las tortas de chocolate, prefiera detenerse a mojarse con la lluvia, prefiera ponerse debajo del mantel o la sábana o el pañuelo cuando se levanta con dos manos para formar un cielo flotante y liviano...”

Y acá, vuelta a mi casa, me apareció un imperativo no subjuntivo para el próximo cuento:

"Prefiera yo enamorarme de los verbos conjugados que son capaces de salirse de la raya y titilar en medio de una vereda rota."