27/12/16

Sala de la escritura y la jardinería-Museo de la Escritura

El piso, de tierra.
Las ventanas, de cara al sol. 
Una pared empapelada de palabras borroneadas
El techo con hilos de los que cuelguen papeles, semillas, regaderas, biromes y gotas de lluvia.
Otra pared con una cita de Mauricio Kartun (2010) que habla de la escritura y la jardinería. (el cartel resultaría más largo de lo que recomiendan los expertos en museología…Habría que ver cómo se resuelve…)


Para ser feliz un rato, emborracharse. Para ser feliz una semana, hacer un viaje. 
Para ser feliz un año, casarse. Para serlo toda la vida, cuidar un jardín. Así dicen los chinos, tan proverbiales siempre los tipos.Grandes, los chinos. Una verdad grande como un ombú: de nada disfruto tanto como de la jardinería. 
Y nada le va mejor, estoy convencido, al trabajo del escritor. Le siguen, cerquita, los gatos, pero quedan segundos ahí: jardín y escritura son el par maestro. Y analógico: crear una pequeña utopía y habitarla. Recorrerla a diario metiendo mano aquí y allá. Sembrar. Componer. Podar. Sacar hojarasca. 
Mauricio Kartun
No hay nada de lo que hago con las manos en tierra que no encuentre su semejante con las manos en tinta. Y encima se alternan en secuencia deliciosa. Dejar el papel para ir a la tierra y volver al papel.
Creo mucho en la mano verde. No es un invento de las viejas ni una cursilería. Es el contacto profundo y paciente con lo lento y lo silencioso. 
Nada de quieto ni mudo: eso es ingenuo. Se mueven y hablan, sólo que hay que saber escuchar y tener paciencia. Saber escuchar y esperar el crecimiento de una imagen: de nada sabemos mejor los dramaturgos. A lo que llamamos allá mano verde, le decimos acá buena pluma: gemelos separados al nacer. Retoco la proverbialidad oriental: Para ser feliz toda la vida, cuidar un jardín mientras escribo.
(Kartun, 2010)

Cada visitante se sacará los zapatos y podrá hundir los pies en la tierra para plantarse durante un rato. Con los pies embarrados deberá sentarse a escribir siete versiones de un poema que invente en el momento.
Performance realizada por Centro Rural de Arte
Después plantará una semilla y al lado guardará  los escritos en una caja para que sus palabras arrullen a los tallos que van a nacer. Deberá volver a la sala al menos una vez cada dos días para agregar más versiones del poema y cuidar a su planta.

Cuando nazca la primera flor, escrituras y plantas serán liberadas para que cada quien pueda seguir su rumbo. Los papeles pueden volar a encontrarse con lectores, la planta, viajar en maceta a un banco de plaza para que la lleve quien la necesite.

Nota: La suelta de textos puede ser resuelta con avioncitos de papel. Tal vez la escena  de "Los amantes del círculo polar" venga bien  como inspiración  (ir al enlace) y si no el cierre de "Los coristas" en donde el maestro deja la escuela (ir al enlace)




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